Sobre Nosotros


1. Sobre nuestra iglesia

Somos una comunidad cristiana cuya razón de ser es el amor de Dios Padre mostrado en nuestro Señor Jesucristo y derramado por Su Espíritu Santo sobre nuestras vidas.

 

Nuestra fe se circunscribe a la revelación concedida por Dios a través de las sagradas escrituras, la Biblia. Siendo la Biblia la rectora de nuestra fe, sumamos y sometemos a ella a la Tradición histórica cristiana y a la Razón humana. Esto significa nuestro aprecio y aprobación a todo lo que como fruto de la historia cristiana no contradiga ni anule las enseñanzas de la Biblia.

 

Nuestra liturgia tiene como objetivo la exaltación y adoración de la Santísima Trinidad. La majestad de Dios, Su realeza y Su santidad exigen nuestra más reverente, profunda y amorosa devoción como Iglesia, el Cuerpo de nuestro Señor Jesucristo.

 

Aunque el pueblo de Dios regularmente es consolado, animado, fortalecido y encaminado en el Culto a Dios, creemos que no somos el propósito ni el centro del Culto cristiano; por tanto, nuestra asistencia a la iglesia está gobernada por el profundo deseo y único fin de adorar al Salvador y Dueño de nuestras vidas: Jesucristo, nuestro Dios, Señor y Salvador. Nuestra asistencia al culto es para dar, más que para recibir. Estamos convencidos por experiencia, que darle a nuestro Señor y Dios lo mejor de nuestras vidas cada día y la mejor adoración en el culto a El, hace de nosotros las personas más felices y satisfechas de la vida.

 

Nos esforzamos porque el espíritu de la postmodernidad no llegue a regir nuestras vidas personales y eclesiástica. Nuestro mayor interés es defender el evangelio de nuestro Señor Jesucristo, apoyados en los principios reformados de sola Escritura, sola Fe, sola Gracia, solo Cristo y solo la Gloria a Dios. Sabemos que la postmodernidad combinada con la globalización son elementos de profundo reto para la Iglesia de Jesucristo en este nuevo milenio, sin embargo, no queremos y tampoco podemos negociar ni adulterar la esencia de la fe cristiana bíblica e histórica porque es la verdad de Dios. Adicionalmente reconocemos el peligro de una cultura en secularización y con elementos de riesgo como el materialismo, el entretenimiento y el egocentrismo sicológico. En medio de este desastre de insalubridad mental creemos que el evangelio de Jesucristo y las Sagradas Escrituras siguen siendo la única esperanza en un mundo perdido y agobiado.

 

Finalmente, nos consideramos primeramente cristianos, hermanados a la familia bautista y abiertos a toda iglesia que confiese que Jesucristo es el Señor. No somos fundamentalistas ni liberales. Finalmente creemos en Una Iglesia Santa, Católica y Apostólica desde una perspectiva de las Escrituras y la iglesia patrística, y no desde la interpretación institucional romana. De esa iglesia patrística también abrazamos bajo la revelación bíblica el credo apostólico, el credo niceno, el credo de San Atanasio y la definición de la unión de las naturalezas divina y humana en la persona de Jesucristo redactada en el Concilio de Calcedonia.

 


2. Sobre nuestro pastor:

Breve Reseña

  

El Rev. Oscar Toledo es nuestro pastor desde el año 2003. Durante los nueve años anteriores fue pastor de la Primera Iglesia Bautista de San Antonio de Los Altos, en Venezuela. En 1986 su padre, el pastor Pedro Toledo, fundó la Iglesia Bautista Maranatha y, por siete años, su hijo Oscar Toledo le apoyó en ministerios como la música, la enseñanza, la predicación, el evangelismo y el discipulado. Allí recibió el llamado del Señor al ministerio y a su preparación teológica.

 

El ha estado casado por 37 años con su compañera de vida y ministerio Ahybeth (B.A. en Educación Cristiana). Su matrimonio ha sido bendecido con dos hijos: Andrea y Oscar.

 

El pastor Toledo posee un Doctorado del Midwestern Baptist Theological Seminary, una Maestría del Houston Graduate School of Theology, y una Licenciatura del Seminario Teológico Bautista de Venezuela.

 

Actualmente colabora como profesor en H. B. Carroll Theological Seminary. En el pasado colaboró como profesor en el Instituto ALMA y también en el Programa de Certificado Hispano en Estudios Ministeriales del Houston Graduate School of Theology. Antes se había desempeñado como profesor en el área de Teología y Nuevo Testamento en el Seminario Evangélico de Caracas y en el Seminario Teológico "Buenas Nuevas." Inició su labor docente en el Instituto Bíblico Bautista de la Región Capital en Caracas.

 

revotoledo@pib-alvin.org 


3. Sobre nuestro compromiso

 

PACTO DE UNA IGLESIA BAUTISTA

 

Teniendo la convicción de haber sido inducidos por el Espíritu Santo a aceptar al Señor Jesucristo como nuestro Salvador habiendo sido bautizados, en virtud de nuestra profesión de fe, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, ahora, en la presencia de Dios, de los ángeles y de esta congregación, hacemos pacto los unos con los otros, de la manera más solemne y gozosa, como un cuerpo que somos en Cristo:

 

P r o m e t e m o s

 

Auxiliados por el Espíritu Santo, andar juntos en amor cristiano; procurando el adelanto de esta iglesia en conocimientos, santidad y bienestar; promover su prosperidad y su espiritualidad; sostener su culto, ordenanzas, disciplina y doctrinas; contribuir fija y gustosamente para el mantenimiento del ministerio, los gastos de la iglesia, el alivio de los pobres y la promulgación del Evangelio en todas las naciones.

 

Cultivar la devoción de la familia y la particular, educar religiosamente a nuestros niños; procurar la salvación de nuestros parientes, de nuestras amistades y de toda la humanidad en general en conformidad a la voluntad de Dios; andar con prudencia en el mundo; ser justos en nuestras acciones, fieles en nuestros compromisos e irreprochables en nuestra conducta; evitar la murmuración, la difamación y el excesivo enojo; abstenernos de la venta y uso de bebidas intóxicantes y ser celosos en nuestros esfuerzos por el engrandecimiento del Reino de nuestro Salvador.

 

Cuidarnos los unos a los otros en amor fraternal; recordarnos mutuamente en la oración; ayudarnos unos a otros en las enfermedades y en los infortunios; cultivar la simpatía cristiana en el sentimiento y en la cortesía de la palabra; ser tardos para ofendernos y estar prestos siempre para la reconciliación abundando en los preceptos de nuestro Salvador para obtenerla sin tardanza.

 

Finalmente, que cuando tengamos que cambiar de nuestra residencia a otro lugar, nos uniremos tan pronto como nos sea posible a otra iglesia, en donde podamos continuar desarrollando el espíritu de este pacto y los principios de la Palabra de Dios.

 

C.B.P. Art. No. 20006